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El regreso de los muertos vivientes



Desde que Celestino Vegas fuera elegido de nuevo Secretario de la Agrupación de Badajoz, tan solo he tenido dos gestos de comunicación por parte de la nueva Ejecutiva, uno más que la mayoría de militantes. El primero tiene fecha de 19 de junio y me fue enviado por email. Rezaba así:



Mi contestación inmediata a este email fue de total entusiasmo y entrega. Por fin, después de años de sequía la Ejecutiva se dignaba a hacer partícipes a los militantes de la vida interna del partido, más allá de las recurrentes invitaciones a asambleas de guardar, actos indicativos y demás oficios formales, a los que uno va como invitado más que como parte activa en la marcha de la Agrupación. Por lo tanto, no pude menos que ofrecerme a la Ejecutiva, a la espera de su contestación (que será por pura logística después del periodo estival). Mi email de respuesta reza así:


El segundo gesto de comunicación no fue ni tan receptivo ni tan acogedor. Víctor, el actual y revalidado Secretario de Organización, se dirigió a mí a través de la persona de Katy, eficaz secretaria de nuestra agrupación, para citarme a una reunión que tendría lugar en la sede el día de mañana, miércoles 11 de julio, y a la que presuntamente asistiría Víctor y el actual Secretario de Ideas y Programas. Pregunto a Katy acerca de la naturaleza de la reunión y, como era de esperar, responde que no sabe nada. Intrigado solo a medias sobre esta reunión exprés, llamo minutos después al Secretario de Organización, pero nadie contesta al otro lado del móvil. Ya por la tarde, Víctor da señales de vida. Me informa, como ya hiciera Katy, que estoy llamado a asistir a una reunión, pero calla acerca de su intención y naturaleza. Tiene que ser quien escribe el que deba sacar lengua a Víctor. Como ustedes comprenderán y más teniendo en cuenta mi experiencia pasada con el Secretario de organización, como mínimo deseaba saber si la razón de la reunión obedecía a seguir regañándome acerca de mi actitud de ejercer mi libertad de expresión y opinión dentro y fuera del partido. Y así era. Con la salvedad de que la Secretaría de Organización había decidido dar un paso más dentro de su obstinada empresa de salvación de almas. 

Con total sinceridad, confesé al Secretario de Organización mi total desgana hacia la susodicha reunión, ya que en ningún caso aportaría nada nuevo a lo ya esgrimido en anteriores sesiones. Víctor insistió en que me reuniera con él para firmar unos documentos que abrirían la puerta a un proceso de expedientación disciplinaria por parte de la actual Ejecutiva local de Badajoz hacia mi persona. Insté al Secretario de Organización a que me enviase dichos documentos por correo, si así lo estimaba oportuno, pero que de ninguna manera perdería de nuevo mi tiempo ni el que restaría a mi familia para tamaña estupidez. Víctor, enojado, insistía en que mi actitud responde a una manipulación orquestada por algunos militantes, que me utilizan para sus oscuros intereses, en contra de la actual Ejecutiva. Como era de esperar, mi respuesta fue una rotunda carcajada. Resulta hilarante la imaginación conspiratoria de nuestro actual Secretario de Organización y, sin embargo, su escasa confianza en que los militantes socialistas puedan tener ideas personales, más allá de esotéricas maquiaveladas, urdidas en oscuros callejones. El ladrón se cree que todos son de su condición.

En fin, paciente lector -y perplejo, supongo-, como puedes ver comienzo mis vacaciones de verano con la esperanza improbable de que por fin Celestino Vegas haya recibido la iluminación y se avenga a reformar el modelo de participación interna de la Agrupación. Tengo poca confianza, pero... todo es posible. Por otro lado, me llevo de vacaciones la amarga sensación de que el partido a veces tiene la mala suerte de estar dirigido por una especie de inquietantes zangolotinos que acabarán prometiendo al pueblo aquello que desde casa no saben defender con honradez y transparencia.

Sigan atentos, de seguro en breve tendré noticias de otro episodio de esta tragicomedia berlangiana. Al tiempo.

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