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Dos días después de la Asamblea en la que Celestino revalidaba su cargo como Secretario del PSOE de Badajoz, aparece en la prensa para ofrecer ante la opinión pública una sensación de normalidad. La entrevista está plagada de tópicos y frases hechas, como "al final quien ha ganado no es Celestino Vegas, sino el partido."
La victoria de Celestino Vegas solo lo es a medias. El hecho de que surgieran dos candidaturas alternativas, y que éstas tuvieran como eje esencial de campaña la renovación de la Agrupación, denota que una buena parte de la militancia de Badajoz desea hacer las cosas de otra forma. A esto hay que sumar el dato de que Celestino solo obtuvo un 44% de los votos, un margen muy escaso que debilita su liderazgo no solo ante la Agrupación que dirige, sino en vistas a su próxima candidatura como alcalde.
Celestino sale ante la opinión pública para salvar las apariencias, para cerrar página y obviar aquellas contingencias que de seguro serán el caballo de batalla dentro de la Agrupación en estos próximos tres años.
Declara que hablará con los otros dos candidatos. ¿Para qué? Los programas políticos de las candidaturas alternativas a la de Celestino poseen una filosofía de trabajo bien diferente a la que hasta ahora ha caracterizado la dirección de Celestino al frente de la Agrupación. Ricardo Cabezas y Joaquín León pasan a ser unos militantes más. Decir que va a hablar con ellos es un gesto impostado que intenta tranquilizar a Lemus y Vara; no una sincera invitación a reformar internamente las estructuras organizativas y de toma de decisiones dentro del partido. Para que la sinergía entre las tres candidaturas tuviera efecto real en la vida de la Agrupación, Celestino debería pensarse crear una nueva Ejecutiva que concentrara las diferentes sensibilidades dentro del partido. Pero esto no se va a dar.
Afirma Celestino que "todas las propuestas de las tres opciones prácticamente eran similares", pero no es así. De hecho, el único programa político creado de abajo arriba, a través de las aportaciones de buena parte de la militancia, es el de Ricardo Cabezas, de la que después fueron haciendo réplicas las otras dos candidaturas. Este programa se basa en un modelo de organización interna y de toma de decisiones que dista mucho del estilo de trabajo de Celestino, quien ha ejercido estos últimos años una dirección verticalista, esperando que sea el militante el que fuera a él y no arbitrando desde la Ejecutiva medidas que recuperaran la vida dentro de la sede. Lean si no el último párrafo de esta entrevista: "El partido siempre ha estado abierto para quien ha querido ir"; es decir, la montaña debe ir a Mahoma. Esto demuestra la idea de partido que tiene Celestino. Una Ejecutiva blindada que propone eventos a los que la militancia se une pasivamente.
Cualquier militante que tenga una cierta inquietud por mejorar su Agrupación Local sabe que este modelo de partido acaba reproduciendo los mismos errores cometidos en décadas anteriores.
Estoy de acuerdo con todo lo que expresas tan solo una salvedad cuando dices... "el único programa político creado de abajo arriba, a través de las aportaciones de buena parte de la militancia, es el de Ricardo Cabezas, de la que después fueron haciendo réplicas las otras dos candidaturas." ... Tengo que manifestar mi desacuerdo ya que el Programa de Joaquín ha sido elaborado por casi 50 militantes, un número considerable solo que no me permitieron lanzarlo todo de golpe en el SITE y tuve que hacerlo escalonadamente, pero preparado estaba antes que comenzara a lanzarse el de Ricardo en su web. Que coinciden los dos Programas, SI, mucho, porque ambos Equipos han visto la misma necesidad y sufrido y seguiremos sufriendo el mismo gobierno... ¡Yo estoy activa para evitar los errores que se reproducen década tras década, que dices y no te falta razón, entre otras cosas porque no tengo garantías personales de cuántas décadas más dispongo para seguirlas malgastando. ¡Ánimo y Empuñemos la Rosa!
Cierto, MariCari, que los programas políticos de Ricardo y Joaquín son ambos reformistas, ilusionados con la idea de que otro PSOE es posible. El éxito de Celestino es de seguro un retroceso en este sentido. No siempre el más votado es el mejor.
Ahora tenemos doble reto: uno en casa propia, y el otro en la calle, con la ciudadanía.