Me levanto esta mañana con la noticia de que Ciudadano Vegas declara ante los medios locales que el actual alcalde de Badajoz debe dimitir a causa de su incompetencia a la hora de abordar la gestión del parking de Conquistadores. No puedo menos que dibujar una mueca de perplejidad ante lo que luce, sin necesidad de mucho análisis, como un vacuo ejercicio de cacareo político, inocuo a efectos prácticos y revelador de la atávica estrategia de comunicación que caracteriza a Celestino Vegas desde que ¿lidera? el PSOE de Badajoz.
El actual secretario local de la agrupación socialista, ante la incapacidad de generar un mínimo entusiasmo social hacia su inexistente proyecto para la ciudad, recurre al atrezo político habitual en estos casos: salir de vez en cuando en la prensa -tiren si no de hemeroteca- para patalear su infantil letanía de imponderables, a fin de justificar ante su feligresía su anémico liderazgo.
No solo no demuestra estar a la altura de las circunstancias ante su militancia, sino que revela con estas y otras declaraciones su espumosa propuesta política ante la ciudadanía, incapaz de ofrecer un distinguible proyecto de futuro, más allá del reproche de colegio y del lucimiento mediático. Este bufonesco órdago pidiendo la dimisión de Celdrán no solo es una arrugada fotocopia de la estrategia de Ferraz, sino que deviene en síntoma palpable de la insuficiencia de Celestino Vegas como portavoz y secretario del PSOE en la ciudad; más aún cuando es su voluntad manifiesta presentarse como candidato a la alcaldía de Badajoz.
No dudo que Ciudadano Vegas tenga bien atadas sus lealtades dentro y fuera del partido, a la espera de dar a cada uno aquello que espera. Esta parece ser una regla no escrita en el patrón estructural de todos los partidos tradicionales. Y así nos va. Pero lo que es a todas luces evidente es que a día de hoy los hechos demuestran, en contenido y forma, incapacidad y solidez para tomar las riendas de un proyecto que aliente en la ciudadanía de Badajoz esperanzas de estar jugándosela con alguien lo suficientemente competente como para asumir los retos que exige una alcaldía. No basta con hacerse ver de vez en cuando en los medios para dotar de consistencia a un proyecto político, en el caso poco probable de que éste exista realmente.
La oposición de Vegas en el ayuntamiento dispara con balas de fogueo a la espera de que el ruido llegue a oídos de la concurrencia. Con esta estrategia de oposición, el PSOE local no hace sino subrayar su debilidad política, confiado en que la metástasis del Ejecutivo de Rajoy le regale el aprecio que por sí solo es incapaz de merecer.
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